Este año, los reyes magos me han traído un regalo inesperado. Se trata del juego de mesa La fuga de Colditz.
Estuve jugando durante el fin de semana pasado y debo reconocer que me volví a divertir como la primera vez. Ello hizo que volviesen a mi memoria las imágenes de otros memorables juegos que también marcaron una época en mi vida y que seguro que much@s de vosotr@s también conoceréis.
Debo añadir además, que no entiendo cómo a estas alturas y dada la costumbre de llevar al cine los títulos más aclamados de la industria del videojuego, aún no se ha hecho ninguna película basada en éste.
¿Qué decir del gran Duke Nukem 3D? Sencillamente supuso un antes y un después en el mundo de los juegos en 3 dimensiones. Adictivo y envolvente, rápido, casi frenético (a veces incluso te llegabas a marear), adelantado para su época (en el modo cooperativo podían participar hasta 4 jugadores en red). Aún recuerdo la primera vez que lo probé. Si la campaña era adictiva, más aún lo eran los mapas individuales en la modalidad Duke-Match (the big city, EDF Base, Battlefield, Arena 3D, Congo 4, etc.). Resultaba emocionante saber que aquel sprite en baja resolución que se movía por la pantalla y te acribillaba a balazos, era tu colega de al lado que te dedicaba una muerte rápida con la mejor de sus sonrisas. Por no hablar de algún que otro pequeño bug, que provocaba que tu mejor misil atravesase el cuerpo de tu contrincante sin provocarle el menor daño. Fenómeno que curiosamente no se solía dar a la inversa.
Hoy en día y con toda la tecnología existente (motores 3D, shaders, DirectX, OpenGL, etc), cuesta encontrar títulos que sigan conservando esa chispa que el viejo Duke Nukem 3D tenía.
El juego de rol por excelencia. Decir rol es decir D&D. La primera vez que oí hablar de él, me picó la curiosidad, cuando hojee el primer libro de reglas, decidí que quería probar, y cuando jugué la primera partida supe que no me cansaría de él jamas. Debo aclarar que siempre que he jugado a Dragones y Mazmorras (que sería la traducción al español), lo he hecho como director de juego o Dungeon Master, como dirían los anglosajones. Y os puedo asegurar que no existe otro juego de rol, donde el creador de la aventura tenga tantos recursos y opciones como en éste. La lista de módulos (aventuras creadas por terceros) es enorme, aunque yo siempre he jugado con aventuras creadas por mi.
Algún día os contaré algunas de las "imaginativas" soluciones que algunos de mis jugadores han utilizado en alguna partida y coincidiréis conmigo en que el razonamiento humano muchas veces brilla por su ausencia. Si queréis probar un modo de entretenimiento sano y divertido, que fomenta la sociabilidad, el intelecto, la imaginación, la cultura, y que os va proporcionar muchas horas de diversión, no lo dudéis, jugad a rol
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Existieron más, y en otra ocasión os hablare de ellos. Pero por no alargar más esta entrada la doy por finalizada
Un saludo y hasta pronto.